El concepto de banca de segundo piso surge después de la Segunda Guerra Mundial, cuando muchos países enfrentaban problemas de reconstrucción, bajo acceso al crédito y necesidad de industrialización.
En ese contexto, las instituciones multilaterales de desarrollo (como el Banco Mundial o el Banco Interamericano de Desarrollo, BID) comenzaron a promover mecanismos financieros que canalizaran recursos hacia sectores productivos, pero de manera más eficiente y supervisada.
El modelo de banca de segundo piso aparece como una alternativa al crédito directo del gobierno, ya que los gobiernos no querían convertirse en bancos comerciales, se necesitaba llegar a más usuarios sin aumentar la burocracia estatal, era necesario garantizar que los fondos se usaran con criterios financieros, no políticos.
El nombre “segundo piso” proviene de la estructura de intermediación el primer piso es la banca tradicional. El segundo piso es el nivel superior que financia a los bancos del primer piso para que estos otorguen los créditos finales.
De esta forma, las instituciones de segundo piso actúan como catalizadoras del crédito, fomentando sectores estratégicos sin operar directamente con el público.
El concepto se sustenta principalmente en las corrientes del pensamiento económico desarrollista y en la economía keynesiana. Desde la perspectiva keynesiana, se reconoce que los mercados financieros no siempre asignan eficientemente el crédito a los sectores que más lo necesitan. Por ello, el Estado debe intervenir mediante instituciones de fomento que impulsen la inversión productiva, reduzcan el desempleo y sostengan la demanda agregada. En la visión desarrollista o estructuralista latinoamericana se argumenta que los países en desarrollo requieren instituciones financieras de apoyo estatal para superar la dependencia de capitales externos y fortalecer sus sectores industriales y agrícolas, es decir, nace del pensamiento económico del desarrollo, que propone un papel activo del Estado en la promoción del crédito y la inversión, especialmente en sectores estratégicos donde la banca privada no asume el riesgo.
El modelo se consolida en Europa y América Latina durante las décadas de 1950 a 1970, impulsado por El Banco Mundial, a través de líneas de crédito para el desarrollo industrial y agrícola. El BID, que promovió la creación de bancos de fomento y agencias de segundo piso en América Latina.
El modelo de banca de segundo piso fue adoptado e institucionalizado a partir de la década de 1940, como parte de la estrategia de industrialización por sustitución de importaciones. El gobierno mexicano buscaba impulsar sectores productivos estratégicos —industria, campo, infraestructura y exportaciones— mediante la creación de bancos nacionales de desarrollo.
Etapa de creación
Durante el sexenio de Manuel Ávila Camacho y Miguel Alemán Valdés se consolidaron los primeros bancos de fomento como instrumentos del Estado.
- Nacional Financiera (NAFIN, 1934): orientada a promover la industrialización y el financiamiento empresarial.
- Banco Nacional de Comercio Exterior (BANCOMEXT, 1937): para fortalecer exportaciones.
- Banco Nacional de Obras y Servicios Públicos (BANOBRAS, 1933): para financiar proyectos de infraestructura.
- FIRA (1954): fideicomisos agrícolas del Banco de México para el sector agropecuario.
Estos organismos no otorgaban crédito directo al público, sino que canalizaban recursos a través de la banca privada y cooperativas, consolidando el modelo de banca de segundo piso.
Etapa de expansión y consolidación
- Con el crecimiento industrial y el fortalecimiento de las políticas de desarrollo económico, estas instituciones ampliaron su cobertura.
- Durante los gobiernos de Luis Echeverría y José López Portillo, se usaron como herramientas para impulsar políticas públicas de empleo e infraestructura.
- En los años ochenta, tras la crisis de deuda externa, la banca de segundo piso se adaptó a un entorno financiero más restringido, enfocándose en programas de garantía y financiamiento sectorial.
Etapa de modernización y apertura
En los noventa, con la apertura económica y la globalización, las instituciones de segundo piso modernizaron su estructura y fortalecieron alianzas con bancos comerciales y sofomes.
- NAFIN, BANCOMEXT y BANOBRAS desarrollaron programas de financiamiento compartido, garantías de riesgo, y líneas de crédito preferenciales para PYMES y gobiernos locales.
- La Ley Orgánica de Nacional Financiera y la Ley de Instituciones de Banca de Desarrollo redefinieron su papel como banca de segundo piso especializada.
Actualmente, la banca de segundo piso en México funciona como un puente entre el gobierno federal, los intermediarios financieros y los sectores productivos, promoviendo el desarrollo económico regional y la inclusión financiera.
Un ejemplo destacado es Gruma, S.A.B. de C.V., la empresa líder mundial en producción de harina de maíz y tortillas, en sus etapas de expansión internacional durante las décadas de 1970–1990, Gruma necesitaba financiamiento para modernizar plantas, invertir en tecnología y ampliar su capacidad productiva para esto accedió a créditos canalizados a través de NAFIN, que le permitió obtener líneas de crédito con condiciones preferenciales, Gracias a esto, Gruma pudo ampliar operaciones en México y abrir filiales en Estados Unidos y Centroamérica, consolidando su liderazgo en el sector alimentario. La intervención de la banca de segundo piso permitió que una empresa nacional con potencial de exportación superara limitaciones de crédito que la banca comercial tradicional no le ofrecía por riesgo o tamaño del proyecto.
Ventajas
- Mayor acceso al crédito: Permite que empresas y sectores estratégicos que normalmente no recibirían financiamiento de la banca comercial obtengan préstamos con condiciones preferenciales.
- Desarrollo económico focalizado: Canaliza recursos hacia industrias, agricultura, infraestructura y PYMES, promoviendo empleo y competitividad regional.
- Reducción de riesgo para bancos intermediarios: Los bancos comerciales pueden prestar a clientes que serían considerados de alto riesgo, apoyados por garantías o fondos de segundo piso.
Desventajas
- Burocracia y procesos largos: Al involucrar varias instituciones (banco de segundo piso + intermediario + beneficiario), la aprobación y desembolso del crédito puede ser más lento.
- Riesgo de mala asignación: Si no se establecen criterios claros, los recursos pueden destinarse a proyectos poco productivos o políticamente convenientes.
- Dependencia del Estado: Una excesiva intervención puede generar distorsiones en el mercado financiero, reduciendo incentivos de eficiencia en bancos privados y beneficiarios.
Los economistas liberales argumentan que la intervención del Estado en los mercados financieros puede generar distorsiones en la asignación de recursos. y consideran que los bancos comerciales deberían operar sin subsidios ni garantías estatales, dejando que el mercado determine los proyectos viables. La banca de segundo piso puede fomentar dependencia en las empresas, reduciendo incentivos para una gestión eficiente y competitiva asi como la asignación de recursos puede subjetiva o políticamente influenciada, desviando fondos de proyectos con mayor rentabilidad económica hacia intereses estratégicos o políticos.
Referencias
- Robiatti, R. Z. (2021). National Development Banks in South America: Governance, Financial Performance and Development Impact. Springer Gabler. https://doi.org/10.1007/978 3 658 34728 4
Griffith Jones, S., & Ocampo, J. A. (Eds.). (2018). The Future of National Development Banks: From Where We Are to Where We Want to Be. Oxford University Press. - Gil Jardón, J. A., Morganti, P. R., & Atristain Suárez, C. (2024). The role of development and commercial banking in promoting economic growth in Mexico: A sectoral analysis. Journal of Risk and Financial Management, 17(11), 505. https://doi.org/10.3390/jrfm17110505
- Stallings, B., & Studart, R. (2006). Finance for Development: Latin America in Comparative Perspective. Brookings Institution Press.
Eslava, M., Maffioli, A., & Meléndez Arjona, M. (2012). Second tier Government Banks and Firm Performance: Micro Evidence from Colombia. Inter American Development Bank. https://doi.org/10.18235/0011356

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